Los miércoles en el programa Viento a Favor, la periodista Ailín Trepiana presenta “Bellas y Fuertes”, columna de género, en la que se analizan temas de actualidad desde una mirada feminista.
Ante las elecciones a presidente en Brasil, Ailín analizó la contienda electoral desde la perspectiva del movimiento feminista.
Ailín entrevistó a Camila Parodi, periodista integrante del colectivo editorial de Marcha , que está llevando una cobertura especial desde Brasil.
“Hoy estamos en Brasil para realizar una cobertura feminista de las elecciones” señaló la periodista. Y destacó que su objetivo es “poner en el centro de atención las historias que han sido silenciadas por las empresas de comunicación y también violentadas y vulneradas en sus derechos por el Gobierno de Jair Bolsonaro”.
“Por lo que vemos en Brasil, el movimiento feminista está preparado para sacar a Bolsonaro del Gobierno. No es menor saber que en las encuestas que se han realizado exclusivamente a mujeres Lula gana ampliamente. Eso nos habla del desgobierno de Bolsonaro es un Gobierno fascista, misógino y racista que se ocupó por amenazar y negar derechos tanto a las comunidades indígenas, negras y campesinas como a las identidades disidentes y mujeres a través de una política clara de muerte”, sostuvo Parodi.
Récord
249 candidaturas del colectivo LGBT a través de 21 partidos.
Por primera vez en su historia, las elecciones de Brasil cuentan con más candidatos negros que blancos, en un país donde el 56% de su población es negra.
De acuerdo con estadísticas divulgadas en agosto pasado por el Tribunal Superior Electoral, de los 28.116 candidatos inscriptos para los comicios del 2 octubre, 14.015 se registraron como afrodescendientes (49,57%) y 13.914 como blancos (48,86%).
El número de candidatas mujeres este año también es récord pese a que solo representan el 33,4% de los aspirantes y la mitad de los hombres (66,6%).
Erika Hilton
Erika es política y activista por los derechos de las personas negras y del colectivo LGBT.
Nació en la periferia de São Paulo, su madre la echó a la calle a los 14 años para volver a abrirle las puertas recién a los 19. Vivió de cerca la explotación sexual en la adolescencia y las distintas caras del racismo a lo largo de toda su vida.

Estudió pedagogía y gerontología, y se afilió al Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y desde allí forjó una carrera política. En las elecciones de 2020 fue la concejala más votada del país y la primera política transgénero en ser elegida para el cargo. En las elecciones del 2 de octubre se podría convertir en la primera diputada trans de la historia de Brasil.
El año pasado, la revista Time la mencionó entre los 20 líderes de la próxima generación, y es una de las dos únicas brasileñas que aparecen en esa lista.