Las fiestas de Navidad y Fin de Año suelen caracterizarse por ser celebraciones tradicionales, familiares y repletas de emociones.
El psicólogo Alejandro Schujman, especialista en familias y director de la Red Asistencial de Psicología, analizó el contexto y los recursos necesarios para sobreponernos a los últimos días del año en medio de situaciones de estrés y agotamiento.
“Diciembre es un montón, se termina el año pero no la vida. Hay mucho peso emocional y los proyectos u objetivos que nos ponemos muchas veces son altísimos que nos generan un nivel de frustración muy grande. Soy de la idea de no hacer balance y poner objetivos alcanzables”, explicó Schujman en diálogo con LU5.
Además, Schujman comentó que “las sillas vacías en este época duelen un montón” especialmente luego de haber atravesado una pandemia.
“A la gente se le agudiza las tristezas, las ausencias, las separaciones, las muertes, hay mucha cosa en juego y son fechas muy pesadas. A veces la gente tiene que estar en lugares donde no quisiera estar con gente que no quisiera estar. Soy partidario de poner lejos los mandatos y ponerse en primer lugar, que a veces no está mal”, aseguró.
Por otra parte, Schujman reflexionó a quienes pasan las fiestas solos y llamó a “quitarle peso” a lo que pase en las horas del 31 y a las 12 de la noche, y aseguró que si estamos en calma y en paz con nosotros, “podemos estar en soledad y con un hermoso encuentro con nosotros mismos”.
“Si alguien se ve en una situación donde hay alguien pasado de copas y propone pelea mejor no engancharse. El clima en general es de mucha efervescencia pos mundial y en las fiestas, por lo cual debemos evitar situaciones de riesgo siempre”, remarcó el profesional.
¿Qué nos dejó el mundial?
Respecto a uno de los acontecimientos deportivos más importantes de los últimos años, como es el caso de la copa del mundo obtenida por la “scaloneta” en Qatar, Schujman recapacitó sobre el duro regreso a la realidad tras la obtención del título.
“Los argentinos lamentablemente estamos con mucha angustia, mucha incertidumbre, tenemos un entrenamiento muy basto en eso y el mundial fue como una especie de analgésico. El mundial fue un paliativo, una felicidad enorme, pero después nos volvimos a encontrar que la realidad es un dólar disparado, el Gobierno que no sabe qué hacer y la Argentina que está como hace mucho tiempo está”, reflexionó el profesional.
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