Este año la semana nacional de la epilepsia se conmemora del 5 al 10 de septiembre. Es una iniciativa de la Liga Argentina contra la Epilepsia (LACE) y el objetivo es brindar información sobre la enfermedad y derribar algunos mitos que existen en torno a ella.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unas 50 millones de personas padecen epilepsia en todo el mundo, lo que convierte a esta enfermedad en uno de los trastornos neurológicos más comunes.
María del Carmen García, presidenta de LACE y Jefa de Sección Epilepsia del Hospital Italiano de Buenos Aire, habló con LU5 y manifestó su preocupación por las falsas creencias que existen en torno a esta enfermedad. “Uno de los principales mitos es que se trata de una enfermedad mental, está asociada a trastornos psiquiátricos y en realidad es una enfermedad de origen neurológico“, explicó García.

Además, remarcó que los mitos que se han erigido por años ha ocasionado problemas entre quienes padecen epilepsia y quienes les rodean. “Esas falsas creencias pusieron límites a los chicos para que puedan insertarse con una escolaridad normal y han imposibilitado que adultos consigan trabajos acorde”, detalló y agregó: no hay ninguna contraindicación para quien tiene la enfermedad, porque si los pacientes están bien diagnosticados pueden tener una calidad de vida normal”.
Otro de los mitos más comunes, según señaló la presidenta de LACE, es intentar detener una convulsión e introducir dedos en la boca de la persona afectada. “No hay nada para cortar la convulsión, lo importante en ese momento es dejar que suceda y cuidar que la persona no se golpee, dejarla de costado y que se recupere de forma tranquila”, especificó María del Carmen García. “Nunca hay que meter nada en la boca del paciente porque la terminamos lastimando o perjudicando, solo hay que darle tiempo de recuperación”, acotó.
Las crisis epilépticas ocurren cuando el sistema eléctrico del cerebro deja de funcionar correctamente por un breve período de tiempo. En lugar de descargar la actividad eléctrica en forma autocontrolada, las neuronas continúan descargando en forma anormal. Esta alteración puede ser causada por desórdenes propios del cerebro (causa intrínseca) o más raramente, por un factor externo como la falta temporaria de oxígeno o glucosa.