La habénula lateral es una estructura del cerbero que ha sido poco estudiada hasta el momento. Investigadores argentinos tomaron la posta y decidieron indagar en esa área para conocer cómo funciona. ¿Cuál fue el resultado? Hallaron que la habénula lateral podría desempeñar un papel fundamental en el condicionamiento del miedo.
Así lo sugiere la investigación publicada por Joaquín Piriz y Tomás Sachella, en conjunto con un equipo de especialistas de diversas instituciones científicas.
Los resultados podrían contribuir hacia el avance del tratamiento de patologías asociadas a la expresión del miedo como fobias, trastornos de ansiedad, estrés postraumático, entre otras.
Según el artículo, que fue publicado en Neuropsychopharmacology, “el miedo es una reacción extrema e incontrolable ante un estímulo amenazante”. Existen dos tipos de miedos: aquellos que son innatos y los que pueden aprenderse. Acerca de este último se desenvuelve la investigación sobre el papel de la habénula lateral.
Piriz es investigador del CONICET en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE, CONICET – UBA). En diálogo con LU5 explicó que se propusieron “estudiar el rol de la habénula lateral en el aprendizaje del miedo”. Según el investigador “esta región cerebral se activa cuando hay un estímulo negativo y su consecuencia o valor resulta ser también negativo”. Partiendo de esa observación de que es una región cerebral que se activa frente a estímulos negativos, los investigadores se preguntaron “qué papel tendría en el aprendizaje del miedo”.
A lo largo de más de cuatro años dedicados al trabajo de indagación y exploración de esa área del cerebro, obtuvieron un descubrimiento novedoso: “encontramos que cumple una función bastante específica y tiene que ver con la generalización y formación de memorias del miedo”. Piriz aclaró que, al participar en la codificación de eventos negativos o que no nos gustan, “se relaciona con la formación de memorias de miedo”.
Para Piriz, la habénula lateral constituye una estructura sobre la cual es posible volver a actuar para entender la manera en que se producen los mecanismos del aprendizaje, “por ejemplo en aprendizajes equivocados, patológicos del miedo que son la base de enfermedades como fobias, trastornos de ansiedad, estrés postraumático, entre otras”.
Por otra parte, el investigador puntualizó que “se generaliza el miedo de una forma tan extrema que se comienza a presentar miedo en situaciones en las que no tendría que existir” y, por ello, remarcó que “es interesante haber encontrado una estructura que regula la generalización del miedo”. De esta forma, se abre la posibilidad de que sea una opción para tratar enfermedades asociadas a la presencia del miedo como fobias o ataques de pánico.
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