Los escritores con los gatos. ¿Cómo es ese misterioso vínculo?

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Cada semana, el periodista y escritor Pablo Montanaro nos habla de curiosidades y recomendaciones literarias que nos interpelan.

El 8 de agosto es conocido como el “Día Internacional del Gato” como un recordatorio de lo que representan y necesitan estos animales.

El vínculo entre escritores y gatos está presente en algunas de las máximas obras de la literatura, inspiradas por estos felinos.

Osvaldo Soriano contaba que el día que nació, el 6 de enero de 1943, había un gato esperandolo al lado de la puerta. Años después un gato negro le dio la solución para terminar su novela “triste, solitario y final”.

Osvaldo Soriano, escritor.

En París, mientras trabajaba en el libro “El Ojo de la Patria” en el 5° piso de un edificio, se le apareció un gato equilibrista caminando por la canaleta del desagüe.

Soriano llegó a separarse de un viejo amor solo porque ella era alérgica a los gatos, y en su libro “Una sombra ya pronto serás”, para sentirse seguro, puso un gato negro al comienzo y uno colorado al final.

Los gatos para el escritor fueron su compañía para la escritura y la soledad cuando vivió su exilio.

Alguna vez un novelista y dramaturgo canadiense argumentó “a los escritores les gustan los gatos porque son criaturas tranquilas, adorables y sabias. Y a los gatos les gustan los escritores por las mismas razones”.

Edgard Alan Poe llamó a su gata Catarina y Scott Fitzgerald le puso a su gato Chopin.

Borges tuvo dos gatos, Odín y Beppo, este último era un gato blanco que tenía muy mal carácter pero que se llevaba muy bien con el escritor.

Borges y Beppo, el gato que tenia el mismo nombre de la mascota del escritor Lord Byron.

Al gato le gustaba jugar con los cordones de los zapatos de su amo y dormir en su regazo. Tenía más de 15 años cuando murió, siendo una auténtica pérdida para Borges que ya estaba ciego.

“Quisiera morirme hoy mismo pero no tengo la suerte que tuvo Beppo, aunque a lo mejor sí ahora que estoy con gripe tal vez muera”, fueron algunas palabras de Jorge Luis ante la muerte de su amado gato.

Odín sobrevivió casi 10 años después de la muerte del escritor, pero no se sabe con quién estuvo y si finalizó sus últimos años con María Kodama, la esposa de Borges.

El gato de Cortazar, Teodoro Adorno, nombrado así por el filósofo alemán, era un gato negro, callejero y “canalla”, según la descripción de su amo.

Julio Cortázar y su gato Adorno

Aparecen muchas veces los gatos en su gran obra “Rayuela”. También tuvo otra gata llamada Flanell, pero el más conocido fue Adorno.

Truman Capote fue otro de los escritores con una fuerte relación con los gatos.

Ernest Hemingway decía que un gato tiene absoluta honestidad emocional y los seres humanos por un motivo u otro pueden esconder sus sentimientos, pero los gatos no.

El carácter místico del gato atraviesa la literatura, expone la dualidad de amor y odio, pero nunca indiferencia, por eso Victor Hugo dijo: “Dios creó ese animal para ofrecer al hombre el placer de acariciar un tigre”.

Al finalizar esta columna, Montanaro recomiendó un libro del escritor Carl Van Vechten, “El tigre en la casa” que recoge todo lo que uno siempre quiso saber de los gatos y hace mención a los grandes de la literatura y su relación con estos animales misteriosos.

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