Los juguetes y los juegos han estado presentes en la humanidad desde los tiempos de la Edad de Piedra y constituyen un rasgo cultural fundamental.
Los primeros juguetes fueron huesos, maderas y piedras talladas a las que se les daba distintas formas y que producían sonidos como los sonajeros.
Víctor Pavía nació en Córdoba en 1952 pero desde 1975 reside en Neuquén. Cursó diferentes estudios de grado y maestrías orientadas en política e investigación educativa.
En esta entrevista nos introduce en el mágico mundo de los juegos afirmando que es posible y necesario “Jugar con nada”.

“Volví de la Universidad Deusto en Bilbao con un certificado de “especialista en ocio”, a mi papá lo frustró un poco eso”, comento Pavía en tono divertido.
El especialista en educación y juegos aseguró que su tesis de posgrado fue sobre “el patio escolar”, entendiéndolo como un tema estrictamente político.
“Hasta el sigo XX el patio era parte del proyecto pedagógico. Con el neo liberalismo las escuelas se hacen cada vez con menos patios, porque son caros y se usan poco”, explicó Pavía.
Respecto a los juegos el docente explicó que son un momento de enseñanza y aprendizaje recíproco.
“Hay juegos donde lo emocionante es la competencia, pero desde el tipo de vista de la pedagogía que defiendo, el resultado interesa pero no importa”, aclaró Pavía.

Además se refirió a que vivimos en una cultura donde “no interesa el estar jugando” sino lo que puedo obtener después. También el docente aseguró que olvidamos que tenemos derecho a hacer “cosas inútiles” de vez en cuando como por ejemplo hamacarse.
“No vale la pena una sociedad donde los que no tienen la misma capacidad que yo quedan afuera”, profundizó Pavía.
Respecto a una de sus especialidades “el ocio”, el profesor explicó que se trata de un derecho que tenemos y que hay que diferenciarlo del descanso, porque son cosas distintas.
Pavía asegura que el derecho al descanso es el de recuperar tu fuerza de trabajo, pero a su vez necesitas otro tiempo para pensar, crear, escribir, pintar, arreglar el jardín.
“El juego no tienen valor material, tienen un valor cultural”, destacó Pavía.
La creación del Juguete
El docente asegura que el juguete ha sido fuertemente estudiado por la psicología y la antropología.

“A mi me gusta más en pedagogía jugar con nada, con nuestra imaginación, nuestro tono de voz. En algunas culturas el juguete es un objeto donde yo deposito parte de mi interés para decir algo o permitir algo, y en algún caso sube un escalón y lo consideran como parte de un ritual”, aclaró Pavía.
Con la industrialización del juguete surgen los talleres que viven de este oficio, de arreglar muñecos y muñecas.

“Muchos juguetes son tan perfectos que interrumpen cualquier intento de imaginar nada, está todo ahí y tenés que jugar a lo que te dice ese juguete”, afirma Pavía.
“Lo más lindo que tiene el juego es saber que lo que estoy haciendo no tiene ninguna seriedad. El juego es una cosa seria, pero el jugador tendría que jugar alivianado de que está haciendo algo importante”, señaló.