La historia del Número 23: el jugador fantasma de México ’86

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El 29 de junio de 1986 quedó grabado para siempre en los corazones de los argentinos. Mucho más en los futboleros que celebraron a lo grande la conquista del Mundial de México. Con Diego Armando Maradona como emblema, la selección argentina dirigida por Carlos Salvador Bilardo conquistó su segunda Copa del Mundo.

El seleccionado nacional derrotó a la poderosa Alemania por 3 a 2, con tantos de José Luis “Tata” Brown, Jorge Valdano y Jorge Burruchaga, mientras que para los germanos anotaron Karl Heinz Rummenigge y Rudi Völler.

El plantel se completaba con Nery Pumpido, Luis Islas, Héctor Zelada, José Luis Cucciuffo, Oscar Ruggeri, Daniel Passarella, Néstor Clausen, Julio Olarticoechea, Sergio Batista, Ricardo Giusti, Héctor Enrique, Ricardo Bochini, Claudio Borghi, Marcelo Trobbiani, Carlos Tapia, Oscar Garré, Pedro Pasculli, Sergio Almirón y Héctor Miguel Zelada.

Al seleccionado del nacional podríamos sumar al futbolista “Número 23”, o “el jugador fantasma” como se lo recordó tiempo después. El deportista enigmático era Gustavo Jorge Ripke, hombre surgido de las Inferiores de Boca Juniors, que tuvo que abandonar la práctica deportiva por una dura lesión y que tiene una historia de película de aquella celebración del título mundial.

Ripke junto a Diego Maradona y Pedro Pablo Pasculli en pleno festejo mundialista.

La increíble historia de Ripke resurgió a partir de la publicación de Diego Armando Maradona en Instagram en mayo de 2020. “Pelusa” compartió en ese entonces una imagen en una de su Red Social con motivo del cumpleaños de Pedro Pablo Pasculli. “Feliz cumple PPP!!!”, publicó el ex capitán argentino junto a una icónica foto acompañado del propio Pasculli con el trofeo de campeón del mundo en México 1986. Ambos eran llevados en andas en el campo de juego del mítico Estadio Azteca.

La imagen rápidamente recorrió las redes y captó la atención de algunos fanáticos que observaron que el rostro de una persona ubicada en primer plano de la foto había sido tapado por un emoji de un corazón. Al vestir la camiseta oficial de la selección argentina, en un principio, se pensó que se trataba de un campeón del mundo. De inmediato se llegó a la conclusión de que se trataba del “jugador fantasma del 86”.

Gustavo Jorge Ripke es una persona muy reconocida en Santa Fe. Casi tanto como Nery Alberto Pumpido y el propio Pedro Pablo Pasculli, los campeones del mundo y orgullo de la provincia. Él también tuvo un pasado como futbolista, pero en ese entonces no había formado parte de la lista de los 22 profesionales que viajaron de la mano de Carlos Bilardo y obtuvieron el segundo título mundial de la historia.

Sin embargo, el “jugador número 23”, como lo inmortalizaron desde entonces, jugó su propia final y hasta se dio el lujo de tocar el trofeo más preciado por todos. No solo eso, se sumó a la vuelta olímpica junto al mismísimo Maradona, ingresó al vestuario con los campeones y hasta le pidieron varias fotos como si fuera uno más de ellos. Y bien podría serlo por la hazaña que había alcanzado.

A Ripke le bastaron solo cinco minutos para poder “colarse” en la icónica foto y recorrer el mundo. Solo un movimiento maestro desde la tribuna para quedar en la historia grande del fútbol argentino. Todo esto fue orquestado en su mente y en su corazón, como todo amante del fútbol y de la selección argentina, mucho tiempo antes. No quería perderse esa jornada histórica del 29 de junio de 1986 e hizo lo imposible para decir presente en el Estadio Azteca y vivir el electrizante triunfo por 3 a 2 sobre Alemania.

En Colón, Ripke Colón jugó casi un centenar de partidos.

Gustavo Jorge nació en Temperley, provincia de Buenos Aires (3 de enero de 1948), hizo las inferiores en Arsenal de Lavallol y Boca Juniors, donde jugó entre 1968 y 1969 en la división Reserva (fue compañero de Rubén Suñé), hasta que fue cedido a Aldosivi de Mar del Plata, en el Ascenso argentino.

En 1970, mientras defendía los colores del Tiburón, se consagró Campeón Argentino con el seleccionado marplatense, título que le dio un gran lugar en el fútbol. Después recaló en Colón de Santa Fe, donde jugó casi un centenar de partidos (entre 1971 y 1973). También vistió los colores de Los Andes antes de su retiro definitivo.

Mi sueño se cumplió cuando pude llevar la Copa en forma conjunta con Maradona, él con su mano izquierda y yo con mi derecha (escribo esto y aún hoy se me pone la piel de “ave” ja!)”, relató el propio Ripke.

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